EL PARKINSON NO ES OBSTÁCULO PARA EL RENACIMIENTO DE TORPEDO
Fecha:
5
de agosto de 2017
Autor:
Javier Bragado
El asesino maltratador sin moral vuelve a
las viñetas
recuperado por su guionista, Enrique Sánchez
Abulí
Nadie esperaba la vuelta de Luca Torelli.
En realidad, en el universo en viñetas o se
había olvidado o se le había tachado la
casilla de la muerte (deseada). En cambio,
los lectores habían demostrado que el
interés por el que fuera un éxito en los
ochenta (con tiradas de hasta 30.000
ejemplares) sobrevivió. Hace décadas, el
siciliano emigrado a Estados Unidos
bautizado 'Torpedo' enganchó a una
legión de seguidores por sus tropelías sin
remordimientos en un mundo en blanco y
negro. 'Torpedo 1936' trascendió fronteras y
conquistó el mundo. En España, Loquillo
le dedicó una canción; en Norteamérica, el
director Quentin Tarantino reconoció
su devoción por él.
La editorial Panini recuperó los tebeos en
2014, se publicaron hasta tres ediciones con
éxito y de allí surgió la posibilidad del
renacimiento del gánster amoral con unos
cuantos años más encima con el título de
'Torpedo 1972'. «Tenía dos posibilidades:
volver o no volver. Volver significaba
resucitar de alguna manera, y no volver,
seguir difunto después de 17 años», comienza
el guionista Enrique Sánchez Abulí,
el hombre que moldeó a un antihéroe sin
remordimientos.
El nuevo Luca Torelli ha avanzado desde la
década de los veinte hasta los setenta. La
actualización ha permitido renovar los
escenarios de Nueva York mientras se
conserva la dura personalidad del
delincuente que fue una estrella del cómic
para adultos en España. «Es un matón al que
nadie llama porque o le creen muerto o le
creen viejo e inútil... lo que es un error
terrible con Torpedo. Burlarse de Torpedo es
muy peligroso, no conviene buscarle las
pulgas, tenga la edad que tenga», avisa el
hombre que elige las atrocidades del matón.
Colores
Hay un nuevo lápiz, el argentino Eduardo
Risso. Se une en la lista notable
precedida por Alex Toth y Jordi
Bernet -«Los tres son grandes
dibujantes», insiste Abulí-. También hay un
elemento diferencial con el salto de 40
años: el color; aunque la gama cromática del
nuevo Torpedo no es para hippies del amor
libre sino para prorrogar la sobriedad
clásica del gánster. «Torpedo ha vuelto,
pero ha vuelto cambiado, viejo, aquejado
de parkinson y con la mala uva de siempre.
Los años son los años y la cosa es
diferente, pero él está convencido de que sí
es el mismo, como muchos hombres que
envejecen y se niegan a envejecer al cumplir
años. Aunque él es un caso especial por lo
bestia que es», desvela un dominador de los
códigos del género negro e hijo de
Enrique Sánchez Pascual, escritor de
novelas y de tebeos como 'Hazañas bélicas'.
«Podría intentar hacerlo más suave pero es
que de él no sale y de mí tampoco, así que
lo tenemos mal. Lo único es que se le ven
más debilidades que antes porque ya no tiene
la fuerza y los reflejos ni la presencia de
antes», argumenta un guionista capaz de
bromear sobre los diálogos entre creador
templado y criatura dominante. De hecho, el
autor finge miedo por su Torpedo, puesto que
no es un tipo con el que se pueda bromear
sin que tiemblen las piernas. «Con las
mujeres él ligar no liga. A muchas las
pega y a otras las paga, pero a la mayoría
las pega. Es que es muy bruto. Soy el
primero en reconocerlo ahora que no me oye»,
cuenta.
Cuesta simpatizar con el asesino hasta que
aparece su particular jerga. «Siempre digo
que lo que le rescata es el sentido del
humor y los chistes que hace cuando habla.
Hay mucho humor, te tienes que reír a la
fuerza porque dice unas cosas que no puede
ser, pero las dice... A veces no sabes si
es que no entiende la pregunta o que no sabe
lo que dice. Esos juegos de palabras y
el humor que tiene es lo que le hace
despertar simpatías, curiosamente», señala
el guionista. «Sin el humor sería
incomprensible, sería demasiado duro e
inaguantable. Pero el humor le salva»,
defiende.
Delincuencia sin remordimientos
Asesinatos, torturas, estafas y violaciones
destiñen el Nueva York de los años setenta,
pero los problemas de Torpedo vienen de
antes. Se canceló la publicación de sus
historias en El País Semanal por la
aparición de una lolita. También la serie
puesta en marcha por Televisión Española se
frenó en seco en el primero de la
veintena de capítulos previstos. Esperaban
algo más suave y los tiempos de éxito de
Torelli se sepultaron. «Torpedo ha tenido
problemas con la democracia y, por supuesto,
con (Francisco) Franco hubiera sido
imposible. Lo que pasa es que en aquella
época que pillamos nosotros como se podía
hacer todo lo que quisieras se hicieron
muchas cosas», recuerda Abulí.
Recuperado el ánimo y el interés, el autor
trabaja en nuevas historias para sumar a la
reciente 'Torpedo 1972'. A las viñetas del
regreso ha añadido un relato sólo en texto
incorporado que regala a un Torelli con
debilidades propias de la edad. «A esta
nueva etapa algunos la llaman Torpedo
crepuscular. No sé por qué. Me da
igual», contrarresta Sánchez Abulí. Porque
hay cierto aire de desafío y revindicación.
Entonces es cuando el guionista es capaz de
aliarse con el antihéroe con la vista en el
futuro: «Es mayorcito, pero también recibe
palos. Lo que pasa es que por la cuenta que
nos tiene a los dos procuraré que no se me
muera próximamente. Ya le echaré yo una mano
en el último momento». «No se juega con
Torpedo», como cantaba Loquillo.